sábado, 14 de mayo de 2011

Felicidad y Dinero, van juntos ????

Todos hemos escuchado alguna vez esta frase:

EL DINERO NO DA LA FELICIDAD… PERO AYUDA !

Pero cual es el límite ??
Hace unos días estuve en el Casino de Montecarlo, realmente el más bonito e impresionante del mundo, donde el dinero corre como el agua de un manantial y la opulencia es el “way of life” de todos los que lo frecuentan.

Ferraris y Lamborginis aparcados en la entrada, ropa de marca, joyas impresionantes, apuestas muy altas y Moet Chandon como bebida obligatoria. Es un escaparte que impresiona y deslumbra en un primer momento, pero que si te paras a observar no es tan espectacular como parece.

Me llamó la atención que casi todos esos ricachones estaban solos, a las 4 de la tarde de un domingo, metidos en un casino, mientras un maravilloso sol brillaba fuera e invitaba a un día fantástico en la playa con familia o amigos.

Me fijé en un señor de mediana edad, guapo, muy guapo, impecablemente vestido, que apostaba fichas de 20 mil euros, y que estaba perdiendo cantidades indecentes de dinero en cuestión de minutos. Llevaba un reloj precioso, un anillo carísimo y todo el transpiraba dinero y éxito en la vida, pero estaba allí sentado, en la mesa de blackjard solo, y su cara era la viva imagen del aburrimiento y amargura.

Para mi fue indecente y escandaloso ver perder tal cantidad de dinero en menos de media hora. Con todo lo que aquel caballero apostó y perdió, muchas familias vivirían cómodamente durante un año o más, y él lo desaprovechaba sin la menor emoción. Seguramente para él 50 mil euros es una pequeña cantidad de dinero, y no le afectaba, por lo que me dio más pena todavía, porque cuando eres capaz de perder tanto sin levantar, ni siquiera, una ceja, que es lo que te puede emocionar en esta vida ?

Era domingo y brillaba el sol. Felicidad y dinero van juntos ? Creo que no… yo no cambio la jornada de playa con mi familia y la tortilla de patatas, las risas y las miradas cómplices y el meter a 7 personas apiñadas en mi corsilla, a conducir un Ferrari en la más absoluta soledad.

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