lunes, 29 de junio de 2009

ESE PUNTO DE TU VIDA

Hoy me ha llegado un e-mail.
Bueno, en realidad he recibido unos 354 correos en el día de hoy, de los cuales 353 no me han causado ni la más mínima curiosidad, pero uno me ha llamado poderosamente la atención.

“Hay un punto en tu vida, en el que te das cuenta:
quién importa, quién nunca importó,
quién no importa más, y quién siempre importará.
De modo que no te preocupes por la gente de tu pasado, hay una razón
por la que no estarán en tu futuro...”

Es tan cierto...
Personalmente tenía una versión no tan “friendly” sobre la situación... siempre he defendido que cuando llegas a “ese punto de tu vida”, léase una edad ya considerable, no ponía tanto énfasis en conocer gente, y hacer amistades. Mi frase siempre ha sido “yo para hablar, ya tengo amigos”. Un poco borde, no ¿??


Pero sí que es cierto que tiene casi el mismo significado que este mail con palabras tan acertadas y tan políticamente correctas. Llega un punto que ya sabes quién es quién y en qué personas puedes confiar y en quiénes no. También es verdad que la vida muchas veces te da sorpresas agradables y “en ese punto de tu vida” te presenta a una persona nueva, que resulta que está destinada a convertirse en una gran amistad, eso a mí me ha pasado afortunadamente. En realidad, sabes lo que quieres, y lo que no, y ya no se pierde tanto el tiempo en rodeos innecesarios para hablar, para pedir, para dar...

En “ese punto de tu vida” las cosas son más directas, lo importante es prioritario y el resto es una pérdida de tiempo.
También hay algo que me llama poderosamente la atención, y es que la mente humana nunca dejará de sorprenderme, y eso me encanta.
Todo el mundo tenemos en nuestras vidas esas personas que durante una etapa, más larga o más corta, fueron absolutamente imprescindibles. Novios, pero sobre todo amig@s. Esas personas que nos acompañaron en la adolescencia, en el instituto, en el primer trabajo, o vecinos de nuestro primer piso alquilado , cuando los jóvenes aun nos independizábamos pronto. Personas que compartieron cosas muy íntimas en periodos importantes de nuestra vida, y que eran prioritarias y principales en nuestro día a día. Y hoy no están. Y hoy, ni nos importa ni nos afecta.
Que resorte hay en nuestro cerebro que permite olvidar de esta manera ¿?? El dolor que nos causa una ruptura se cura, como se curan las heridas de piel. Todo cicatriza y todo se borra... todo, os lo puedo asegurar ¡

En final del e-mail pedía que se lo reenviara a las personas que quería que siguieran formando parte de mi futuro, y me he asustado. Me han venido a la mente mis personas principales, un grupo no muy numeroso pero si muy nutrido, y por un momento he imaginado la vida sin ellos. Y sé que se puede prescindir de todo, y sé que se puede empezar de cero y sobrevivir, pero llega “ese punto en tu vida” en el qué sabes lo que quieres y con quien.

Sabes cómo y rodeado de quienes te gustaría seguir viviendo el futuro.
Yo, por fin, ya estoy en ese punto ¡