Hoy mi madre me ha contado un cotilleo que me ha dejado sin habla, cosa que es bastante complicado, porque aunque no tengo la verborrea y la facilidad de Cruela, que hay que ver como domina el castellano para ser belga, yo también soy de palabra fácil...
Como cada tarde he llamado a mi madre para saber cómo está y para nuestra sesión de cotilleos. Yo, como tengo crisis y estrés, tengo poco tiempo para ver la tele. Además cometí el error de hacerme la intelectual e interesante con mi churri cuando nos conocimos y ahora que vivimos juntos sigo sin ver los programas “rosas” para mantener el tipo... Así que mi madre es mi fuente de información más fehaciente y ella es la que me pone al día sobre Obregones, Preyslers, Grandes Hermanos y demás faunas extrañas que pueblan nuestro panorama cotillil.
Pero no contentas con criticar el famoseo nacional, también nos dedicamos a comentar sobre la vida y milagros de vecinas, antiguas compañeras mías de colegio y de todo el que se nos ponga delante, de lado, de cerca, de lejos o detrás, que a la hora de cotillear no tenemos manías ¡!!
Hoy le ha tocado el turno a Olga, una antigua compañera mía de instituto, que sigue viviendo en la ciudad que yo abandoné en cuanto pude para independizarme y vivir peligrosamente, y ya me véis ahora, viviendo en el campo... hay que joderse ¡!!
Olga era, y supongo que sigue siendo, un coquito. Siempre sacaba muy buenas notas, pasó la selectividad con la mejor nota, estudió derecho y luego se hizo juez, así en un plis. En seguida empezó a trabajar y a ganar muchísimo dinero, mientras las demás nos ganábamos la vida de azafatas en ferias, subidas 14 horas a unos tacones de infarto y con sonrisa falsa, falsa, mientras tratábamos de acabar la carrera mejor o peor y encontrar un curro digno.
Se casó, tuvo un hijo, y ya le perdí la pista y nunca más se supo. La distancia es lo que tiene, que si no te esfuerzas, es el olvido...
Hoy mi madre se la ha encontrado y se han parado a hablar. Lo típico, preguntas sobre la familia, que como está tu madre, y la Dina, sigue viajando tanto o ya ha sentado la cabeza ( como si no se pudiera subir al avión con la cabeza “sentada”, que barbaridad...). Y cuando mi señora madre le ha preguntado por su vida, va y le dice que ha dejado de ser juez para ser dependienta en una “boutique” de ropa... Y el motivo, que ganaba más que su marido, bastante más, y que eso no podía ser ¡!!!
Como cada tarde he llamado a mi madre para saber cómo está y para nuestra sesión de cotilleos. Yo, como tengo crisis y estrés, tengo poco tiempo para ver la tele. Además cometí el error de hacerme la intelectual e interesante con mi churri cuando nos conocimos y ahora que vivimos juntos sigo sin ver los programas “rosas” para mantener el tipo... Así que mi madre es mi fuente de información más fehaciente y ella es la que me pone al día sobre Obregones, Preyslers, Grandes Hermanos y demás faunas extrañas que pueblan nuestro panorama cotillil.
Pero no contentas con criticar el famoseo nacional, también nos dedicamos a comentar sobre la vida y milagros de vecinas, antiguas compañeras mías de colegio y de todo el que se nos ponga delante, de lado, de cerca, de lejos o detrás, que a la hora de cotillear no tenemos manías ¡!!
Hoy le ha tocado el turno a Olga, una antigua compañera mía de instituto, que sigue viviendo en la ciudad que yo abandoné en cuanto pude para independizarme y vivir peligrosamente, y ya me véis ahora, viviendo en el campo... hay que joderse ¡!!
Olga era, y supongo que sigue siendo, un coquito. Siempre sacaba muy buenas notas, pasó la selectividad con la mejor nota, estudió derecho y luego se hizo juez, así en un plis. En seguida empezó a trabajar y a ganar muchísimo dinero, mientras las demás nos ganábamos la vida de azafatas en ferias, subidas 14 horas a unos tacones de infarto y con sonrisa falsa, falsa, mientras tratábamos de acabar la carrera mejor o peor y encontrar un curro digno.
Se casó, tuvo un hijo, y ya le perdí la pista y nunca más se supo. La distancia es lo que tiene, que si no te esfuerzas, es el olvido...
Hoy mi madre se la ha encontrado y se han parado a hablar. Lo típico, preguntas sobre la familia, que como está tu madre, y la Dina, sigue viajando tanto o ya ha sentado la cabeza ( como si no se pudiera subir al avión con la cabeza “sentada”, que barbaridad...). Y cuando mi señora madre le ha preguntado por su vida, va y le dice que ha dejado de ser juez para ser dependienta en una “boutique” de ropa... Y el motivo, que ganaba más que su marido, bastante más, y que eso no podía ser ¡!!!
Os lo podéis creer ¿?? Amor o Buen Sueldo ¿??????????? Acaso son incompatibles ¿????????
Me he indignado y ha salido esa parte feminista tan arraigada en mí, y que con mi crisis laboral creía que había perdido ¡!!
Cómo es posible que aun existan personas así, y creedme, existen, que dejen su vida, sus ilusiones y escondan su inteligencia a favor de no herir los sentimientos machistas de un ser inculto y egoísta que permite que eso suceda.
Cuanto machismo existe todavía en este país, y luego nos quejamos !!!!!